Fondos de renta fija (deuda): Invierten la mayoría del patrimonio en activos de renta fija, como bonos, obligaciones, letras y pagarés. Estos fondos, por lo general, implican un riesgo medio o bajo, pero no hay que confundir 'renta fija' con 'rentabilidad fija'. Los fondos de renta fija pueden dar pérdidas, principalmente por los tipos de interés.
Fondos de renta variable (bolsa): Estos son para valientes. Pueden dar altas rentabilidades pero también números rojos abultados. Invierten la mayor parte del patrimonio en acciones de empresas cotizadas del Ibex 35, Dow Jones, S&P o cualquier otro índice. En este grupo hay subcategorías según la situación geográfica (fondos de bolsa española, europea, americana, emergente...), el sector (compañías tecnológicas, mineras, telecos, financieras...) o cualquier otra característica.
Fondos mixtos: Invierten parte de su patrimonio en renta fija y parte en bolsa. Hay mixtos para perfiles más arriesgados, en los que pesa más la inversión en acciones y otros con riesgo más moderado, donde pesa más la renta fija. También están los mixtos flexibles, en los que, según la visión del experto que gestiona el fondo, a veces hay más inversión en bolsa y otras en renta fija.
Fondos globales: Invierten donde quieren y como quieren. Tienen la libertad para colocar el dinero en renta fija o variable, diferentes divisas, mercados, sectores... En esta categoría puedes encontrar fondos con alto riesgo.
Fondos temáticos: Invierten en compañías ligadas a sectores concretos. En esta categoría cada vez cobran más relevancia las megatendencias de la sociedad del futuro como, por ejemplo, el envejecimiento de la población y la salud, los avances tecnológicos, la robótica, la biotecnología, las energías renovables, el agua...